
La tarde empezó con un murmullo de trompetas y tambores que se fue acercando, calle empedrada arriba, desde la plaza hasta la puerta de Elegance. No hacía falta mirar para saber que ellos venían: la Charanga “Vino Blanco” se anunciaba sola.
Jóvenes, con esa energía que no se finge, llegaron tocando y formando un semicírculo frente a la tienda. Y entonces, la magia. Sonaron “La Morocha”, “Bautizao con Vino Blanco” o “Esa Diva”, y la calle se transformó en escenario.
En medio de la música, llegó un momento especial: Celia, la jefa de la charanga, hizo entrega de la camiseta oficial a Alberto, de Elegance, como símbolo de la colaboración y del apoyo mutuo. Un gesto sencillo pero lleno de significado, que arrancó aplausos y sonrisas.

La gente que pasaba se quedó. Algunos incluso vinieron de otras calles, atraídos por el sonido. Más de una hora de música en vivo, de alegría contagiosa y de orgullo local.
La presentación de la camiseta oficial, patrocinada por Elegance, fue la excusa perfecta para reunirnos, pero el verdadero espectáculo fueron ellos. Un éxito rotundo de un grupo que, por cierto, ya está cerrando agenda para sus próximos eventos.
Si necesitáis una charanga que anime de verdad, no busquéis más: son los mejores, son de Manzanares y podéis seguirlos en Instagram en @charanga_vinoblanco.